La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha sido fuertemente criticada a lo largo de su historia. Los críticos la acusan de tomar posiciones contrarias a la libertad de prensa y de mercados, en particular por la iniciativa NOMIC que reconocía el derecho de los estados a censurar la prensa. En 1984 Estados Unidos abandona la organización en protesta, sin embargo, vuelve a unirse tras diecinueve años de ausencia el 1 de octubre de 2003.
Es necesario aclarar, sin embargo, que desde otras posturas la separación de Estados Unidos de la Unesco fue leída como una crítica racista (Informe MacBride), en el que se planteaban ciertas medidas para la "democratización de la comunicación" que no convenían a los intereses de las grandes potencias. Dentro de esta teoría, el discurso de William Harley, portavoz en materia de comunicación del Departamento de Estado de Estados Unidos (que justificaba la ruptura de las relaciones con la Unesco y la sucesiva retirada de fondos, a partir de la supremacía cuantitativa de países tercermundistas en la organización y la supuesta influencia comunista sobre ellos), sería sólo un encubrimiento de los verdaderos motivos de la estratégica separación.
Sigue siendo cierto que en el periodo de los años 1970 y 1980 la organización recibió repetidas acusaciones de malgasto y corrupción. Posteriormente, bajo la dirección de Federico Mayor Zaragoza y Koichiro Matsuura, la Unesco ha ido recuperando progresivamente su credibilidad, culminando con la reincorporación de Estados Unidos en 2003.
Es necesario aclarar, sin embargo, que desde otras posturas la separación de Estados Unidos de la Unesco fue leída como una crítica racista (Informe MacBride), en el que se planteaban ciertas medidas para la "democratización de la comunicación" que no convenían a los intereses de las grandes potencias. Dentro de esta teoría, el discurso de William Harley, portavoz en materia de comunicación del Departamento de Estado de Estados Unidos (que justificaba la ruptura de las relaciones con la Unesco y la sucesiva retirada de fondos, a partir de la supremacía cuantitativa de países tercermundistas en la organización y la supuesta influencia comunista sobre ellos), sería sólo un encubrimiento de los verdaderos motivos de la estratégica separación.
Sigue siendo cierto que en el periodo de los años 1970 y 1980 la organización recibió repetidas acusaciones de malgasto y corrupción. Posteriormente, bajo la dirección de Federico Mayor Zaragoza y Koichiro Matsuura, la Unesco ha ido recuperando progresivamente su credibilidad, culminando con la reincorporación de Estados Unidos en 2003.
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