Sevilla

Con el tiempo se ganó la confianza y admiración de sus empleadores, quienes le asignaron una nueva misión: a partir de 1489, Vespucio se desempeñó como auditor y administrador a cargo de una agencia bancaria de los Médici en Sevilla, cuyas cuentas hasta ese entonces habían sido manejadas de forma poco clara. La península Ibérica era en esta época un próspero centro mercantil y aseguraba grandes oportunidades de negocios. La incorporación a Castilla del reino de Granada era inminente: ya habían caído Málaga y Córdoba; la toma de Granada no parecía lejana. El trono estaba bajo el firme mando del rey Fernando II de Aragón y su esposa, Isabel I de Castilla. Siguiendo instrucciones de Pierfrancesco, investigó los antecedentes financieros de otro florentino: Juanoto Berardi, proveedor de esclavos y aprestos navieros, con quien luego entró en sociedad comercial y de quien se hizo amigo. La sociedad duró hasta la muerte de este último en diciembre de 1495. El negocio estaba relacionado con el armado y aprovisionamiento de barcos, una actividad que había crecido considerablemente a lo largo del siglo XV luego de que se localizara en Guinea la llamada Mina de Oro. La flamante empresa de los italianos participó como subcontratista en los preparativos de todos los viajes de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo. Berardi, apoderado del genovés, contribuyó al financiamiento del primero de ellos y por su intermedio Vespucio y el Almirante entablaron una perdurable amistad. Con el auge de las expediciones a las Indias, la empresa de los florentinos se vio beneficiada hasta el punto en que requirió una dedicación casi total de Vespucio y las labores a las órdenes de Pierfrancesco tuvieron que ser asignadas a otros.

Tras la muerte de Berardi, Vespucio se convirtió en su ejecutor testamentario y tomó las riendas de los negocios. Actuando como su albacea pudo disponer de los bienes necesarios para organizar una expedición a las Indias. En efecto, ganó mucho dinero que utilizó en parte para mantener a varios miembros de la familia, caídos en desgracia. En sus labores como banquero y como proveedor de bagajes navieros también había acumulado gran cantidad de contactos de personas de influencia y había complementado sus conocimientos teóricos de navegación con algo más cercano a la práctica. A mediados de 1496 Colón regresó de su segundo viaje. En una reunión con Vespucio, ambos conversaron sobre los nuevos descubrimientos; Américo parece haber sido escéptico sobre las afirmaciones del Almirante, que sostenía haber alcanzado el extremo oriental de Asia. La entrevista incrementó en Vespucio la curiosidad por el enigmático territorio y tuvo entonces la determinación de que, a pesar de su edad (tenía ya 40 años), realizaría un viaje a las tierras para investigarlas por sí mismo. Reunía en efecto muchas condiciones para ser un marino exitoso: las conexiones políticas, la tradición familiar de comerciante y negociador, la inclinación por las matemáticas, el conocimiento geográfico y astronómico.

Realizó una o dos expediciones bajo las órdenes del rey Fernando. Su segundo viaje, entre 1499 y 1500, pudo ser un encargo de la Corona para verificar las afirmaciones de Colón sobre sus hallazgos y está relativamente bien documentado. El primero, entre 1497 y 1498-99, es mucho más dudoso y sus circunstancias son altamente cuestionables

Florencia


Fue el tercer hijo de Nastagio Vespucci, un notario y acomodado comerciante florentino y Lisa di Giovanni Mini. Su tío fue el ilustrado fraile dominico Giorgio Antonio Vespucci, dueño de una de las principales bibliotecas de la ciudad, quien tuvo a su cargo la educación del joven. Giorgio había donado en 1450 su colección de libros a la ciudad, y por la misma época había abierto una escuela para los hijos de los aristócratas florentinos en su convento de San Marcos. Allí formó al joven en las ciencias, especialmente en las enseñanzas de Aristóteles y Ptolomeo sobre astronomía, cosmografía y geografía; en la lectura de los clásicos y particularmente en el dominio de la lengua docta, el latín (en la Biblioteca Ricardiana de Florencia existe un pequeño códice de su autoría, titulado Dettati da mettere in latino, escrito en ese idioma). Américo adquirió una predilección por Virgilio, Dante y Petrarca. Los escritos del viajante Marco Polo también ejercieron una marcada influencia en la curiosidad e interés de Américo por nuevos horizontes.

La familia Vespucci pertenecía al selecto círculo de amistades de los Médici de Florencia, y sus miembros formaban parte en general de una élite culta. Como prueba de la sólida posición financiera del clan, Nastagio comisionó al famoso pintor florentino Domenico Ghirlandaio un retrato de familia que ocuparía una pared de una iglesia construida por otro miembro de los Vespucci en 1483. En ese momento Américo tenía 19 años de edad.

Américo Vespucio

Américo Vespucio (en italiano Amerigo di Vespucci) (9 de marzo de 1454, Florencia, Italia - 22 de febrero de 1512, Sevilla, España) fue un navegante italiano que trabajó al servicio del reino de Portugal y de la Corona de Castilla. Se le consideró el primer europeo en comprender que las tierras descubiertas por Cristóbal Colón conformaban un nuevo continente; por esta razón el cartógrafo Martin Waldseemüller en su mapa de 1507 utilizó el nombre de "América" en su honor como designación para el Nuevo Mundo. El relato a menudo fantasioso y contradictorio de sus viajes lo han ubicado como una de las figuras más controvertidas de la Era de las Exploraciones.

Inmigración en Argentina

La Constitución Argentina de 1853 y los gobiernos establecidos a partir de ese año, buscaron fomentar la inmigración proveniente de noroeste de Europa, aunque luego predominaron los inmigrantes mediterráneos, del este europeo y del medio oriente, bajo la base del precepto alberdiano de gobernar es poblar, destinada a generar un tejido social de tipo rural y a finalizar la ocupación de los territorios obtenidos mediante una campaña militar contra los indígenas denominada Conquista del Desierto y a la vez modificar sustancialmente la composición poblacional.

Esta política se reflejó en el texto del artículo 25 de la Constitución Nacional, que establece:
El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.

Al momento de organizarse constitucionalmente a mediados del siglo XIX, la Argentina era un país escasamente poblado, con menor población que otros países sudamericanos como Bolivia, Chile y Perú. Mediante la política inmigratoria el país pasó de tener una población de 1,1 millones de habitantes en 1850 (3,5% de América Latina), para alcanzar 11,8 millones de habitantes en 1930 (11,1% de América Latina).[169] El país recibió alrededor de 6,5 millones de inmigrantes — la inmigración neta fue cercana a los 4 millones de inmigrantes-,[170] y se constituyó como el tercer país receptor en América (después de los Estados Unidos y Canadá). El primer censo nacional de 1869 arrojó un total de 1.737.000 habitantes. En 1960 el país tenía ya un poco más de 20 millones, es decir que en 90 años había multiplicado su población inicial por 10.[171]

* En la región central del país, donde se concentra la mayoría de la población, la ascendencia se compone principalmente de inmigrantes europeos, especialmente italianos, españoles, sobre todo gallegos y, en menor medida franceses, alemanes, polacos, judíos y árabes.

* La población actual de la Patagonia argentina se formó principalmente de las corrientes migratorias internas provenientes de la región pampeana y chilena, como también ha sido destacada la influencia de la inmigración galesa, suiza y alemana.

* En la zona norte del país la población con antepasados indígenas, o españoles y africanos llegados en tiempos de la colonia, es proporcionalmente mayor a la media nacional, en parte porque era la región más poblada antes y durante la conquista española, y porque recibió una menor influencia de las grandes corrientes inmigratorias europeas producidas entre 1830 y 1950. Pese a ello, se produjeron considerables corrientes de inmigración de italianos, españoles, árabes y judíos hacia la región noroeste, y de alemanes y europeos orientales hacia Chaco y Misiones.

Composición étnica

La actual población argentina es el resultado directo de una gran ola de trabajadores inmigrantes que ingresaron entre 1850-1950, mayoritariamente italianos y en segundo lugar españoles y del mestizaje de estos entre sí y con las poblaciones indígenas originarias, criollas, españoles de la época colonial, afroamericanos, gauchos, frecuentemente mestizados, provenientes del período colonial. La población cuenta también con importantes comunidades de judíos, árabes, armenios, gitanos, británicos, franceses, alemanes, polacos, rusos, croatas, ucranianos, japoneses, chinos, coreanos, paraguayos, bolivianos, uruguayos, chilenos, peruanos, brasileños, etc.

La reforma de la Constitución realizada en 1994 reconoció "la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos", así como el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.

Al igual que Australia, Brasil, Canadá, Estados Unidos o Uruguay, la Argentina es considerada como un país de inmigración, es decir una sociedad que ha sido influida decisivamente por uno o más fenómenos inmigratorios masivos.

En 2001, el 1,1% de la población era indígena (402.921 personas) y el 4,2% era extranjera (1.531.940 personas). Por otra parte los distintos grupos que integran su población han establecido intensos mestizajes interétnicos, situación conocida en el país como "crisol de razas".

Telecomunicaciones

Los principales canales televisivos que transmiten desde Buenos Aires son: Canal Trece, América TV, Telefe, Canal 9 y Canal 7, siendo este último de propiedad estatal y el único de alcance totalmente nacional. Aun así, los demás suelen ser retransmitidos, en todo o en parte, por canales provinciales. También hay un canal educativo y estatal, Encuentro. Asimismo, Argentina se destaca por poseer una gran oferta de canales de televisión por cable. Según datos de 2001, la gran mayoría de los hogares posee televisión y el 54% cuenta con TV por cable, una de las penetraciones más altas de América Latina.

En marzo de 2008, se estimaba que el parque de computadoras en Argentina era de 7 millones. A finales de 2007, la disponibilidad de internet alcanzó al 39.7 % de la población, con más de 16 millones de usuarios, y las conexiones por banda ancha en marzo de 2008 llegaron a 2.557.413 (penetración sobre el 6,6% de la población), siendo una de las tasas más altas de la región. La cantidad de sitios web registrados con el código del país (.ar) en agosto de 2008 era de casi 1.700.000

El servicio de comunicaciones telefónicas fue privatizado en 1990 bajo el gobierno de Carlos Menem. Hay 8,3 millones de líneas telefónicas instaladas, en una proporción de 23 líneas para cada grupo de 100 habitantes. La tasa de penetración de telefonía móvil es de 102 teléfonos celulares por cada 100 personas, con un total de 40 millones de líneas. Este número elevado se debe, en parte, a que personas de bajo nivel adquisitivo pudieron en los últimos años acceder a los planes de pago.

El servicio postal, que cubre todo el país, es de propiedad mixta (privada y estatal). El principal exponente del sector es el Correo Argentino.

Hay casi 1500 estaciones de radio, de las cuales 260 son AM, aproximadamente 1150 son FM.

Diarios

Circulan en la Argentina más de 200 diarios, de los cuales los más vendidos son publicados en Buenos Aires: Clarín (el de mayor circulación) y La Nación. Algunos de los principales periódicos del interior del país son: Los Andes de Mendoza, La Capital de Mar del Plata, La Capital de Rosario, El Día de La Plata, La Gaceta de Tucumán, La Nueva Provincia de Bahía Blanca, La Voz del Interior de Córdoba.

Ciencia y tecnología

Cinco argentinos han sido galardonados con Premios Nobel. Tres de ellos están vinculados con la ciencia: el Premio Nobel de Medicina fue otorgado a Bernardo Alberto Houssay, primer Nobel científico latinoamericano; el mismo galardón fue recibido por César Milstein. El Premio Nobel de Química fue otorgado a Luis Federico Leloir. En tanto, el Premio Nobel de la Paz fue entregado a Carlos Saavedra Lamas así como a Adolfo Pérez Esquivel.

La Argentina ha construido satélites; ofrece su propio modelo de central nuclear compacta de cuarta generación y provee de pequeños reactores nucleares a diversos países gracias a su empresa pública INVAP. En temas como la informática, la nanotecnología y la biotecnología se desarrollan programas bien estructurados que tienden a concentrar esfuerzos y dar sentido a las capacidades que se desarrollan. También construye helicópteros, maquinarias agrícolas, produce el ciclo completo de la energía nuclear y tiene un misil antibuque en fase final.

El principal organismo de investigación científica en la Argentina es el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Se trata de una institución estatal, dependiente del gobierno nacional, en el ámbito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (que fuera creado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2007). El CONICET cuenta con una Carrera de Investigador y está organizado en Institutos, que gozan de autonomía temática y científica y en el 2008 congrega a un conjunto de casi 3.500 personas dedicadas a la investigación científica y tecnológica.

Transporte

Las rutas argentinas cuentan con 37.740 kilómetros y 600.000 kilómetros de carreteras municipales, y la capital, Buenos Aires, se encuentra interconectada con las principales ciudades y regiones del país.

Se estima en 8.527.256 el número de vehículos que forman el parque automotor argentino, distribuido en 5.325.231 de automóviles, 1.370.312 de vehículos livianos, 417.042 de carga y 62.785 para transporte de pasajeros, sin contabilizar 517.449 unidades no especificadas.

El sistema ferroviario fue privatizado a comienzos de la década de 1990, comprendiendo tanto el transporte de carga como el traslado urbano de pasajeros. A la fecha del 2006 cuenta con alrededor de 31.902 kilómetros operativos de líneas férreas. En total existen unos 40.245 kilómetros de ferrovías, pero muchos tramos han quedado abandonados en las etapas: 1963, 1977, y la década del 1990.
Argentina cuenta con alrededor de 11.000 kilómetros de vías navegables. La red de hidrovías está compuesta por los ríos de La Plata, Paraná, Paraguay y Uruguay. Los principales puertos fluviales son los de Zárate y Campana.
La mayoría de los productos importados por la Argentina llega al país por vía marítima. Los principales puertos son los siguientes: Buenos Aires, La Plata-Ensenada, Bahía Blanca, los puertos del Up-River, Mar del Plata, Quequén-Necochea, Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado, Puerto Madryn y Ushuaia. El puerto de Buenos Aires es históricamente el primero en importancia individual, pero la zona conocida como Up-River, que se extiende a lo largo de 67 km de la porción santafesina del río Paraná, reúne 17 puertos que concentran el 50% del total de las exportaciones del país.

El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a unos 35 km del centro de Buenos Aires, es el más grande del país y dispone de instalaciones para manejo y almacenaje de carga. La compañía Aerolíneas Argentinas, privatizada en 1990, realiza vuelos nacionales e internacionales. Existen, también, diversas líneas aéreas domésticas. Las principales compañías aéreas internacionales utilizan Buenos Aires como destino o escala en sus rutas

Turismo

El extenso territorio de la República Argentina está dotado de grandes atractivos turísticos. La valuación de la moneda local tras la devaluación de 2002 favoreció el arribo de grandes cantidades de turistas extranjeros, haciendo al país comercialmente más accesible que en la década de 1990. Al encarecerse los costos para viajar al exterior, muchos argentinos también se volcaron al turismo nacional.

El repunte del sector es muy notorio: los ingresos por turismo receptivo ocupan el tercer lugar en el ranking de entrada de divisas como equivalente de exportaciones. En 2006, el sector representó el 7,41 % del PBI, aunque hay que tener en cuenta que la salida de residentes argentinos con fines turísticos supera las entradas y equivale a un 12% del PBI. Los extranjeros ven a la Argentina como una zona sin conflictos armados, terrorismo o crisis sanitarias. Según cifras oficiales de la Organización Mundial del Turismo, en 2007 el país recibió a más de 4.600.000 turistas extranjeros, lo que significó unos 4.300 millones de dólares de ingreso de divisas.

La Argentina es el segundo país más visitado de América del Sur (detrás de Brasil) y el quinto más visitado del continente americano. Los turistas extranjeros provienen principalmente de Brasil, Chile, Perú, Colombia, México, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Venezuela y Paraguay y los europeos de España, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido y Suiza.
Buenos Aires se destaca como el centro favorito de los turistas extranjeros y nacionales (5.250.000 en 2007). Son atraídos por una ciudad populosa, cosmopolita y con amplia infraestructura. Entre otros muchos factores, el tango es uno de los motivos para la visita a la capital argentina. La característica noche porteña es uno de los grandes atrayentes por su variada oferta cultural, gastronómica y de entretenimiento.

Otro destacado centro de atracción son las Cataratas del Iguazú, en la provincia de Misiones, declaradas en 1984 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco. La caída del caudaloso río Iguazú se complementa con la selva subtropical que la rodea.

Argentina cuenta con una importante variedad de sitios montañosos, en varios de ellos se practica el montañismo y otros basan su atractivo turístico en el contacto con la nieve o en sus paisajes característicos. Los principales se encuentran en el oeste del país, en la Cordillera de los Andes, aunque también hay formaciones montañosas en las Sierras de Córdoba. Entre los sitios utilizados para el alpinismo se encuentra el cerro Aconcagua, la montaña más alta de América. Los parajes turísticos más importantes por su nieve son Bariloche y Las Leñas. Una formación conocida internacionalmente es la Quebrada de Humahuaca. El Tren de las Nubes es uno de los tres ferrocarriles más altos del mundo. Parte desde la provincia de Salta, y cruza la Quebrada del Toro pasando por Tastil —considerada como uno de los principales centros urbanos prehispánicos de Sudamérica— donde se hallan ruinas arqueológicas.

El Parque provincial Ischigualasto, también conocido como "Valle de la Luna", está situado en el extremo norte de la provincia de San Juan, a 330 km de la ciudad de San Juan. Es un área protegida donde puede verse totalmente al descubierto y perfectamente diferenciado todo el periodo triásico en forma completa y ordenada, por lo cual el 29 de noviembre de 2000 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Industria manufacturera y construcción

La industria manufacturera argentina es el sector que más valor aporta al PIB, con un 17,5% del total (2007). El sector industrial manufacturero también es uno de los principales generadores de empleo (junto con el comercio y el sector público), con 13% en 2007, Por su parte la industria de la construcción aporta el 6,7% del PIB (2007) y ha sido la principal impulsora de la recuperación del empleo después de 2002, ocupando un 9,5% del total de la fuerza de trabajo en 2007.

En la industria argentina se distinguen dos grandes sectores, de tamaño similar, que aportan cada una, aproximadamente un tercio de las exportaciones totales:

* la agroindustria, denominada manufactura de origen agropecuario (MOA);
* la industria de origen no agrario, denominada manufactura de origen industrial (MOI).
Entre las industrias de manufacturas de origen agropecuario se destaca la industria aceitera, integrante de la cadena de la soja, la de mayor crecimiento en las últimas dos décadas, concentrando el 31,8% del total del sector alimentos y el 20% de las exportaciones totales del país. Luego le siguen la de la carne (11,1%), la de la leche (7,7%), la del café y chocolate (7,5%), la del vino y otras bebidas alcohólicas (5,7%), la del pan, pastas y galletas (4,5%), la de la harina de trigo (4,5%), la de la cerveza (4,1%), etc.[120]

Las principales ramas de las industrias de origen no agropecuario, son la fabricación de automotores que aporta el 8,7% de las exportaciones, química (5,6%) y metalúrgica (5,3%), maquinaria (3,4%) y plásticos (2,6%) (porcentajes correspondientes a 2006). También son importantes las industrias del papel, de las piedras preciosas, caucho y textiles.

A partir de 2003 la industria ha tenido un proceso de revitalización competitiva, movido principalmente por la política económica de dólar alto. El Gran Buenos Aires es aún el área industrial más importante del país, donde se concentra la mayor parte de la actividad fabril de la Argentina. Otros centros industriales importantes existen en Córdoba, Rosario, Tucumán y Mendoza, San Luis y Tierra del Fuego, muchos de ellos fomentados para descentralizar la industria.

Históricamente, el país ha tenido importantes sectores industriales como la industria naval relacionada con la Flota Mercante de Argentina, que se redujeron considerablemente a partir de la década de 1990 a raíz del proceso de privatizaciones y que en la actualidad se están recuperando.

Petróleo, minería, bosques y pesca

La Argentina posee una considerable riqueza petrolera y gasífera, que le permite organizar una cadena de producción petroquímica que, junto a la cadena de la soja y la industria metal-mecánica, constituye la base de la economía nacional. En conjunto la cadena petroquímica es responsable de un 20% de las exportaciones totales, de las cuales solo el 4,6% se exporta em bruto, sin industrialización.

Los principales yacimientos se encuentran en las Provincia del Neuquén, el golfo de San Jorge y la Provincia de Salta; la provincia del Neuquén concentra cerca de la mitad de toda la producción de hidrocarburos. Una red de oleoductos y gasoductos transporta los productos a Bahía Blanca, donde se encuentra el principal polo petroquímico y a la conurbación industrial que se extiende entre Rosario y La Plata y que tiene como núcleo principal el Gran Buenos Aires.

Históricamente, la minería argentina ha sido escasa, pero la misma se ha activado en la última década, fundamentalmente sobre minerales metalíferos: cobre (3% de las exportaciones), oro, plata, zinc, manganeso, uranio y azufre. Los recursos mineros se concentran en las provincias cordilleranas a lo largo de 4.500 km. Las exportaciones argentinas de minerales pasaron de 253 millones de dólares en 1996 a 2.650 millones en 2006, algo más del 3% del total.

El Mar Argentino está ubicado sobre una extensa plataforma submarina, muy rica en recursos pesqueros, que alcanza un ancho de 550 km a los 52º de latitud Sur y 1.890.000 km². Sin embargo, la pesca ha sido una producción marginal, y debido a la crisis poblacional de la merluza (principal producto pesquero argentino) provocada por la excesiva pesca durante los 1990, la participación del sector en las exportaciones totales se ha reducido de un 3% a un 2%.

En sentido contrario, la producción forestal y maderera, principalmente pinos y eucaliptos, se ha venido expandiendo, con centro en las provincias mesopotámicas, superando el 2% del total exportado.